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Decálogo de comunicación ambiental de Elhuyar

2023/06/07 Elhuyar Zientzia

Estamos ante una emergencia ambiental sin precedentes, un cambio global. La emergencia climática, la pérdida de biodiversidad, la desertificación, la contaminación y el derroche de recursos naturales son algunos de sus síntomas. Y ya no hay duda de la gravedad: Según la Organización de las Naciones Unidas, 120.000 km2 de la tierra se convierten cada año en desiertos. En consecuencia, 75 millones de niños y niñas menores de 5 años pasan hambre y en 2020 30 millones de refugiados climáticos tuvieron que abandonar su país.

No es una simple crisis ecológica. Se cruzan crisis sociales, económicas y sanitarias, alimentándose mutuamente. Estamos, pues, ante una crisis ecosocial compleja que requiere una profunda reflexión social.

Elhuyar trabaja para construir una sociedad activa y crítica, y para ello es fundamental socializar la información detallada basada en evidencias científicas. Tras un proceso de colaboración entre científicos, agentes sociales, educativos y divulgadores científicos, Elhuyar ha creado un decálogo para la comunicación ambiental. El objetivo es una comunicación responsable y a la vez eficaz socialmente. Este decálogo pretende ser una propuesta de reflexión en un tema tan complejo como el que nos interpela directamente, el punto de partida de una larga elaboración. Para descargar el decálogo pulsa aquí.

Ed. Pernan Goñi

1.Integrar miradas complementarias por la complejidad del sistema: salud, igualdad, medio ambiente, social, económico, político, tecnológico, filosófico, psicológico, ecológico, ético… La diversidad de orígenes e impactos de la emergencia hace necesaria la interdisciplinariedad.

2.Dar ejemplos locales de problemas y soluciones, pero no perder la perspectiva de escala global. Las mismas preguntas tienen diferentes respuestas según la escala. Lo que sirve para la escala local no tiene por qué servir para la escala global y viceversa.

3. No sea catastrofista. Aprovecha para imaginar futuros deseables. Dar cuenta de la grave realidad, pero prestar atención a las posibles soluciones. La emergencia ambiental obligará a la sociedad a realizar cambios, pero también tiene potencial de transformación social.

4º.Traer a debate la dimensión de la justicia. Existe una relación directa entre las crisis ambientales y las injusticias sociales. Ambos tienen un origen común: el abuso de poder. La búsqueda de soluciones exigirá también una distribución equitativa de los recursos.

5.Aléjese de la narrativa eurocentrista. La economía, la sanidad, la tecnología y la ciencia tienen una visión muy eurocentrista. Y muchas de las soluciones que se proponen para hacer frente a la emergencia ambiental.

6. Evite miradas apretadas como el androcentrismo y el antropocentrismo. Prestar atención a si la comunicación de la emergencia ambiental incorpora la perspectiva de género o mantiene la mirada androcentrista como una mirada universal. La perspectiva antropocentrista también impide comprender el funcionamiento de la naturaleza.

7. Todos tenemos algo que hacer, pero no la misma responsabilidad. No tienen la misma responsabilidad los países del hemisferio norte y del sur, ni las autoridades y los ciudadanos. Facilitar los datos y solicitar el nivel de responsabilidad correspondiente.

8.La solución es social y política, no sólo tecnológica. La tecnología es necesaria, pero nunca será suficiente para descartar el comportamiento erosivo del ser humano sobre el planeta. Atentos a las narrativas que evitan el debate real ante el potencial de la tecnología.

9.Transmitir los valores de la naturaleza: regulación de la vida, bienestar, cuidado, responsabilidad, prosperidad, custodia del territorio… Distinguir tres planos: los valores instrumentales (la biodiversidad es el seguro de vida del planeta), los valores intrínsecos (ecológicos) y los valores relacionales (relaciones humanas con la naturaleza).

10. Salud Única: para tener una vida de calidad es imprescindible un medio ambiente de calidad. Cada especie tiene una función específica en la compleja red del ecosistema, por lo que somos interdependientes vivos, interdependientes. La salud humana, la sanidad animal y la salud ambiental están íntimamente relacionadas.

11.Cuestionar conceptos enraizados en nuestro sistema económico: globalización, crecimiento económico continuo, necesidad de incrementar la natalidad… Contribuir a crear nuevos imaginarios de bienestar.

12.Dar la palabra a las propuestas provenientes de los movimientos sociales. Entre ellos, el ecofeminismo, los movimientos juveniles y el conocimiento tradicional local. Proporcionar a ellos información basada en evidencias científicas es también una herramienta para hacer de la sociedad un agente.

13.Proporcionar recursos para una visión crítica e identificar las formas que adopta el negacionismo: “siempre se han producido cambios en el clima”, “en la ciencia no hay consenso absoluto”, “las tecnologías verdes son la solución a la emergencia climática”, “no hay tarea”, “la desaparición de especies es normal”…

14.Comunicarse en euskera para fomentar la sostenibilidad. Las lenguas minorizadas locales recogen el conocimiento global de los antepasados sobre la naturaleza y, en consecuencia, son depositarias de la memoria ecológica. Ahora y aquí, el euskera es una herramienta útil para fortalecer la adhesión a la naturaleza y convertirse en un agente de sostenibilidad.

 

Para descargar el decálogo pulsa aquí. Y más amplia, cada contenido a continuación:

1. Integrar miradas complementarias como sistema complejo

Ed. Pernan Goñi

El planeta se encuentra ante un declive global: la emergencia climática, la pérdida de biodiversidad, la contaminación, el despilfarro de recursos naturales, la desigualdad social global y la crisis de cuidados son algunos de sus síntomas. No es una simple crisis ambiental, se cruzan crisis sociales, económicas y sanitarias. Estamos ante una crisis ecosocial compleja.

Su diversidad de orígenes e influencias hace que la interdisciplinariedad sea imprescindible para entender la situación y buscar soluciones. Todas estas miradas deben integrarse en la comunicación de la emergencia ambiental: salud, medio ambiente, económico, social, tecnológico, filosófico, político, psicológico, ecológico, ético…

A menudo los factores socioeconómicos, ambientales, etc. interaccionan entre sí y esta interacción acentúa las consecuencias. Esto se llama sindemia porque se produce una sinergia entre varias epidemias. Un ejemplo ha sido el COVID-19, que conjugó la crisis sanitaria, ambiental y social, según la OMS. No fue suficiente con tomar sólo medidas médicas, sino que era imprescindible tomar también medidas sociales, económicas, ecológicas y políticas. En el caso de la emergencia ambiental también hay que abordarlo de todos ellos.

La interdisciplinariedad y la transversalidad no son suficientes. Se debe incluir también la perspectiva de intersección. A la hora de plantear las propuestas de actuación ante una emergencia es conveniente realizar las siguientes preguntas: ¿A quién van dirigidos los beneficios? ¿Quiénes los han propuesto? ¿Para qué se proponen? ¿Perjudican a alguien?

De lo contrario, es posible que las soluciones que se planteen se hagan desde una relación de poder, sin tener en cuenta las realidades de las personas que no dan cuerpo a la cultura y la visión occidental, la masculinidad, la heteronormatividad, la riqueza económica y la blancura. Introducir un enfoque interseccional que asegure que son propuestas que no dejan a nadie atrás: género, etnia, clase social, edad, orientación sexual, discapacidad y otras categorías sociales para que no se produzcan situaciones de discriminación múltiple.

 

2. Dar ejemplos locales de problemas y soluciones, pero no perder la visión de escala global

Ed. Pernan Goñi

No es fácil comprender la dimensión de las consecuencias de la emergencia climática si se producen a distancia y no se sufren directamente. Es difícil dimensionar, por ejemplo, las hambrunas que han provocado las sequías en África. Los ejemplos lejanos se hacen abstractos y es más eficaz utilizar los ejemplos que uno puede sentir más cerca para conectar con la realidad: los ejemplos que se acercan al espacio para tomar conciencia de la gravedad de la situación y de que también es un problema personal y una responsabilidad; y los que se acercan al tiempo para hacernos ver que es presente y no el futuro. Por lo tanto, utilice ejemplos locales y puntuales siempre que sea posible.

Sin embargo, a la hora de plantear soluciones es importante tener claro el concepto de escala. Porque la emergencia tiene una escala planetaria y hay que tener en cuenta todas las culturas, situaciones socioeconómicas y ecosistemas para que la solución sea eficaz. Las mismas preguntas tienen diferentes respuestas en función de la escala: la que sirve a escala local no tiene por qué servir a escala global.

Por ejemplo, lo que se propone en Europa no tiene por qué ser útil en la Amazonía, o las políticas desarrolladas en el propio País Vasco, en el País Vasco Norte, ya sea en el campo del cultivo o en la construcción, no tienen por qué ser bálicas en el Sur. ¿Sirve también lo que se propone desde el punto de vista urbanocentrista en las zonas rurales? ¿O lo que se ve útil para la población de alto nivel socioeconómico tiene en cuenta las necesidades y realidades de las personas de baja situación socioeconómica? Nunca pierdas la perspectiva de la escala.

 

3. No sea catastrofista. Aprovecha para imaginar futuros deseables

Ed. Pernan Goñi

Atención al mensaje. La situación es grave, pero no irreversible. Si se transmite una gran pesimismo, puede ser paralizante para mucha gente y puede provocar ecoansiedad, mientras que otros, como ante la muerte, pueden sentir ganas de aprovechar los últimos días y tender a gastar más recursos; en el mejor de los casos, no imaginar cómo será el futuro puede generar resistencia al cambio. Por tanto, hay que evitar pesimismo excesivo.

Para una comunicación eficaz, recuerde las siguientes claves importantes: (1) la naturaleza tiene una enorme capacidad de recuperación, destacando las soluciones (2).

Eso sí, las soluciones no son cómodas y no ocultes que será incómoda. Quizás la aceptación del cambio climático exija el duelo, la aceptación de la pérdida de los privilegios existentes. El duelo necesita espacio, tiempo y nombre.

Por el contrario, la emergencia ambiental también puede mostrarse como un motor de cambio social. Es una oportunidad para revisar el bienestar y la justicia. Oportunidad para reflexionar sobre las consecuencias del sistema económico capitalista.Cada vez más científicos proponen el decrecimiento como solución para hacer frente a la emergencia ambiental global: renunciar al crecimiento económico ilimitado y cambiar los patrones de producción y consumo de esta sociedad. Dicen que puede mejorar la sostenibilidad y el bienestar humano si se toma una profunda reflexión. Permitiría un reparto global igualitario de recursos y calidad de vida.

Al hablar de la desaceleración, diferenciar expresamente el decrecimiento como sinónimo de degeneración o decadencia (energética, material o económica), y el Decrecimiento como movimiento social y propuesta política. De hecho, frente a la crisis y el conflicto que supondría la primera, la segunda propone que ese descenso se haga de forma controlada y democráticamente planificada, para que sea justo a nivel global. Exigiría una reducción del norte global hasta ahora privilegiado para que otros grupos humanos puedan crecer. Sin embargo, la forma de nombrar el concepto de decrecimiento sigue en discusión.

 

Traer la dimensión 4.Justiziaren al debate

Ed. Pernan Goñi

Existe una relación directa entre las crisis ambientales y las injusticias sociales. A veces es difícil de ver, pero ambos tienen el mismo origen: el abuso de poder.Son provocados indirectamente por los conflictos que se producen en el ámbito socioeconómico y geopolítico. Y las consecuencias de estos conflictos, además del planeta, se ven afectadas por la opresión de los países poderosos; la pobreza; la brecha de género; las exclusiones por identidad racial, cultural y religiosa; las carencias en los sistemas educativos, sanitarios y alimentarios…

Por lo tanto, abordar la emergencia ambiental requiere, inevitablemente, erradicar las causas socioeconómicas y políticas que la han provocado e introducir una cultura de paz. Reconociendo que la paz no es ausencia de conflictos, sino injusticia.

Son muchas las injusticias que afloran en la emergencia climática. Entre otros, el conflicto entre países enriquecidos y empobrecidos. Los países del hemisferio norte controlan los recursos naturales de los demás y, en consecuencia, los países empobrecidos tienen un futuro condicionado. No pueden gestionar sus riquezas para desarrollarlas como les gustaría, ni económica ni socialmente. Asimismo, la responsabilidad de estos países enriquecidos en el cambio climático está provocando que el Sur sufra duramente sus consecuencias, pero ahora el Norte global dispone de recursos financieros y tecnológicos para tomar medidas ante la emergencia climática.

La dimensión de la justicia también se manifiesta en el propio País Vasco, entre otras cosas en el ámbito de la energía. Cuando se comunica la creación de un parque eólico, surgen muchas dudas y preocupaciones: teniendo un gran impacto visual y ecológico, ¿dónde colocarlo? ¿La decisión de instalar molinos de viento tiene detrás una política eficaz de reducción del consumo energético? ¿O se establecen simplemente con el fin de aumentar la capacidad de generar y consumir energía?

Por otro lado, la emergencia ambiental revela otra dimensión de la justicia: la justicia intergeneracional. Las generaciones venideras tienen derecho a vivir en un planeta sano.

Por lo tanto, a la hora de plantear soluciones es necesario analizar todas estas dimensiones de la justicia, siempre con dos planos claramente diferenciados: ético (no negociable porque hay derechos fundamentales en juego) e instrumental (útil para la solución pero negociable).

 

5. Aleja la narrativa eurocentrista

Ed. Pernan Goñi

La ciencia que desplegamos es principalmente eurocentrista. A menudo no tiene en cuenta muchas y variadas realidades del mundo; las cuestiones que plantea no son significativas para las tres cuartas partes del mundo. Por lo tanto, la ciencia occidental no es una ciencia universal.

La visión eurocentrista está enraizada: los proyectos europeos que se financian están alineados con los intereses políticos; sus preguntas científicas y la interpretación del mundo son eurocentristas. Como comunicadores es importante identificar estas narrativas eurocentristas y no convertirlas en sus altavoces. Y señalar las injusticias de muchos de ellos.

Por ejemplo, para que la economía verde tenga sentido, hay que ponerla a pequeña escala. Su implantación a escala global no es sostenible. Renunciar a una visión eurocentrista implica tener en cuenta otras culturas y opiniones del mundo, tanto en la identificación de problemas como en la propuesta de soluciones. Preste atención a que el discurso que se difunde no perpetúe las injusticias sociales estructurales en las que se basa la emergencia ambiental. Puede justificar, entre otras cosas, el colonialismo verde. A la hora de decidir que se protegerá el 30% de la superficie de la Tierra, por ejemplo, es importante tener en cuenta que proteger no tiene por qué suponer la expulsión de los indígenas de la Tierra, lo que sería repetir las injusticias históricas contra ellos. Por el contrario, hay que apostar por un modelo de protección que incluya a los indígenas, ya que se ha demostrado que su modo de vida es una garantía de conservación de la biodiversidad.

 

6. Evitar miradas apretadas como el androcentrismo y el antropocentrismo

Ed. Pernan Goñi

Las evidencias científicas muestran una clara correlación entre cambio climático y género. Las consecuencias de la emergencia son especialmente graves para mujeres y niñas pobres, mujeres mayores, personas del colectivo LGBTIQ+, personas con diversidad funcional, mujeres migrantes y residentes en zonas rurales. Si son invisibles en situaciones normales, máxime en situaciones de emergencia.

La investigación y las políticas climáticas deben incorporar una perspectiva de género que tenga en cuenta la vulnerabilidad de las mujeres en el sistema androcentrista. Si mantenemos la mirada masculina como una mirada universal, las características y necesidades de las mujeres y otros grupos vulnerables seguirán invisibles.

Para que la transición ecosocial sea efectiva, las mujeres deben estar en el centro, convirtiéndose en agentes activos del cambio y centrando el debate. Incorporar la perspectiva de miradas complementarias es imprescindible para una mejor conservación del medio ambiente, la reducción de la pobreza y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Es más, la sostenibilidad exige también renunciar a la estricta mirada antropocentrista de nuestra especie. El antropocentrismo está muy arraigado en nuestra sociedad: estamos convencidos de que el hombre está en el centro de la naturaleza y que los demás seres vivos están al servicio de ella. Este enfoque impide comprender el funcionamiento de la naturaleza, ya que el ser humano, lejos de estar en medio de la naturaleza, es sólo un engranaje de una maquinaria compleja.

En la compleja red de ecosistemas, cada especie tiene una función: unas son polinizantes, otras descomponen la materia, otras crean suelo… Y gracias a la aportación de todas ellas funciona el sistema. Comprender cómo funcionan los ecosistemas es fundamental para interiorizar que los seres vivos somos interdependientes, para ver que los seres humanos dependen de otras especies. Por tanto, la difusión del conocimiento científico de la ecología puede contribuir a desmantelar el antropocentrismo de la sociedad occidental y a encauzar una verdadera transición ecosocial eficaz.

 

7. Todos tenemos algo que hacer, pero no la misma responsabilidad

Ed. Pernan Goñi

A todos nos corresponde implicarnos en los cambios sociales que requiere la emergencia ambiental. Pero no tienen la misma responsabilidad las autoridades, los empresarios y los simples ciudadanos. Ni la misma posibilidad y capacidad de ofrecer soluciones. Visibilizar el nivel de responsabilidad y no atribuir responsabilidades a los ciudadanos.

Tampoco tienen la misma responsabilidad los países de los hemisferios Norte y Sur. Los informes científicos revelaron que los países del hemisferio norte son los responsables del 92% de la emergencia climática. El mapa global de emisiones excesivas y el mapa global de vulnerabilidad climática son inversiones casi exactas entre sí. Exigir a todos los países responsabilidad al mismo nivel en la búsqueda de soluciones sólo supondría aumentar la dimensión de la injusticia.

 

8. La solución es social y política, no sólo tecnológica

Ed. Pernan Goñi

A menudo se proponen soluciones tecnológicas para hacer frente a la emergencia climática: parques eólicos, coches eléctricos, tecnologías de absorción de carbono, gigantescas turbinas eólicas marinas, satélites para monitorizar la emisión de gases… Es necesario diseñar una tecnología más limpia y utilizar energías renovables. Pero cambiar las tecnologías de producción nunca será suficiente para hacer frente al enorme gasto energético que genera nuestro sistema económico y compensar los gases contaminantes de efecto invernadero que genera.

La tecnología en sí misma no tiene la capacidad suficiente para responder a la magnitud del reto del planeta. Porque el problema no es solo tecnológico, y por lo tanto tampoco la solución. Aunque la tecnología puede ayudar, las evidencias científicas indican que no es suficiente para hacer frente a la emergencia ambiental, ya que no resuelve el problema en el que se basa.

Los problemas derivados del sistema económico actual son en gran medida los que han provocado la emergencia climática, por lo que las soluciones deben ser también políticas, económicas y sociales. Implica, entre otras cosas, un replanteamiento del sistema económico, en el que surgen los comportamientos actuales de consumo, las actitudes y la dependencia del desarrollo económico constante. En caso contrario, la creencia de que la tecnología va a servir para solucionar los problemas genera una esperanza social excesiva que retrasa la adopción de medidas eficaces contra estos problemas básicos.

Por otro lado, también cuando se habla de la aportación que puede hacer una tecnología, es necesario mirar a quién está hoy en día esa tecnología, cuáles son sus consecuencias y quién mejora sus vidas.

 

9. Transmitir valores de la naturaleza: regulación de la vida, bienestar, cuidado, responsabilidad, prosperidad, custodia del territorio…

Ed. Pernan Goñi

Es importante transmitir el valor que la naturaleza ofrece al ser humano en su conjunto, para que no se quede en una perspectiva puramente economicista. La ciencia distingue tres planos:

Valores instrumentales. La naturaleza, además de abastecer de nutrientes, agua y energía, regula los procesos generales de la vida: clima, descomposición de la materia, polinización, limpieza atmosférica... Con todo ello, la naturaleza es el seguro de vida del planeta y de la humanidad, y más concretamente la biodiversidad. Ofrece estabilidad y seguridad a nuestra especie. Por tanto, a medida que la biodiversidad está en peligro, también está en juego la supervivencia de nuestra especie.

Valores intrínsecos. La naturaleza tiene un valor ecológico propio y nos corresponde cuidarla sólo por existir. Es más, tenemos la responsabilidad de mantener en buen estado lo que usamos.

Valores relacionales. Al igual que las relaciones que mantenemos con otras personas nos alimentan y nos satisfacen, también nos alimentan las relaciones que nos conectan con la naturaleza. Uno de ellos es el cuidado. Prestar y recibir cuidados es importante para tener una vida plena. Al igual que cuando somos cuidados, cuando cuidamos a otras personas, recibimos un beneficio porque nos sentimos bien. Es una relación bidireccional también en el caso de la naturaleza. Los pueblos indígenas lo tienen muy interiorizado: Si cuidas de la Madre Tierra, la Madre Tierra te dará bienestar de vuelta. Antiguamente, en el hemisferio norte también teníamos muy interiorizado eso.

Por otro lado, también nos satisface la prosperidad de la naturaleza: ver que en primavera las plantas germinan y florecen, sentir la vida en todas partes, cosechar y sentir la generalidad de la naturaleza nos refuerza.

Cada vez son más las evidencias científicas que demuestran que la relación con la naturaleza es esencial para la salud física y mental, y que, a medida que la relación se va perdiendo, aumentan las enfermedades que desarrollamos como especies. La ciencia empieza a percibir que la desconexión de la sociedad occidental con la naturaleza produce una pérdida de bienestar. Aparecen problemas psicológicos: depresiones y otras alteraciones psicológicas.

Pero hay otro valor de relación fuerte: la custodia del territorio. A nosotros nos corresponde ceder el territorio cedido por los antepasados a los siguientes en buen estado.

 

10. Salud Única: un medio ambiente de calidad es imprescindible para una vida de calidad

Ed. Pernan Goñi

Cada especie tiene una función específica en la compleja red del ecosistema, por lo que los seres vivos somos totalmente interdependientes. Constantemente se pone de manifiesto, por ejemplo, la dependencia entre la salud humana, la sanidad animal y la salud del medio ambiente. Cuando uno no está sano, los demás también sufren las consecuencias. Esta es la idea que transmite el concepto de Salud Única, propuesto por la Organización Mundial de la Salud. La divulgación de este concepto puede ayudar a que la sociedad asuma la idea de interdependencia e interiorice la biodiversidad como un seguro de vida del planeta.

Sin embargo, el concepto de Salud Única se utiliza frecuentemente de forma bastante antropocentrista, con el único objetivo de garantizar la salud humana. Los científicos reivindican la necesidad de alejarse de estos discursos e introducir una ética ambiental en el concepto. De hecho, el concepto de Salud Única engloba una serie de ideas inseparables:

Por un lado, exige la consideración de la salud como un bien universal. La salud no es un derecho exclusivo de los seres humanos, sino también de otras especies, ecosistemas y generaciones futuras. La salud pública se centra en la salud de las poblaciones humanas, mientras que la Salud Única busca un reparto justo de la salud entre las personas, los animales, las plantas y el medio ambiente. Es decir, el equilibrio ecosocial.

Por otro lado, exige equidad sociopolítica y multicultural: todas las personas tienen los mismos derechos y oportunidades. La Salud Única no tiene sentido si no se compromete firmemente con las comunidades y voces que quedan al margen.

 

11. Cuestionar conceptos enraizados en nuestro sistema económico

Ed. Pernan Goñi

Cuestionar el sistema económico y los conceptos enraizados en él: globalización, crecimiento económico continuo, necesidad de un aumento de la natalidad… La globalización ha hecho creer a la sociedad que es una tendencia natural propia de la sociedad, pero responde a intereses puramente económicos y tiene consecuencias en el medio ambiente. Son muchas las razones por las que hay que resumir los circuitos económicos: medioambientales, económicos y sociales, pero también democráticos. Cuando los circuitos económicos son demasiado grandes, los ciudadanos no pueden entenderlos, por lo que pierden su capacidad de influencia y su control y decisión queda en manos de la élite, generando injusticias. Para que los ciudadanos puedan influir, hace falta una economía más cercana.

Profundizar más en el debate: ¿Es necesario crecer en producto interior bruto para vivir bien? ¿Qué es el bienestar real? ¿La mejor solución para mantener el sistema de pensiones es tener más hijos estando el planeta sobrepoblado? El cuestionamiento de las creencias existentes puede ayudar a activar los cambios sociales que requiere la emergencia ambiental.

La ciencia y la comunicación de la ciencia pueden ayudar a imaginar cómo puede ser la transición de los estilos de vida e identificar los beneficios del cambio en la salud y el bienestar. El bienestar se entiende de forma muy diferente según la cultura, la época, la edad. Por tanto, un replanteamiento del bienestar puede ayudar a visualizar la visión consumista del bienestar y a redefinir el bienestar. ¿Qué es realmente importante?

Según los investigadores de ciencias humanas, el bienestar humano exige equidad y satisfacción de las necesidades básicas, pero no tiene nada que ver con la acumulación de riqueza. Las relaciones sociales, el estar en la naturaleza, la posibilidad de educación, la satisfacción con la vida, el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, el compromiso con la sociedad... satisfacen más. La transmisión de este mensaje y la identificación de los activos de la salud pueden contribuir a paliar el impacto social de la necesidad de la discapacidad, reducir las desigualdades económico-sociales y facilitar el cambio social.

 

12. Da voz a propuestas provenientes de movimientos sociales

Ed. Pernan Goñi

Dado que los políticos no están cumpliendo los compromisos firmados a nivel internacional, es importante que la sociedad presione. Existen dos herramientas eficaces para hacer de la sociedad un agente activo: por un lado, poner en valor el trabajo que realizan los movimientos sociales y visibilizar sus logros; y por otro, proporcionar recursos para que tengan información basada en evidencias científicas.

En la emergencia ambiental tienen algo que ver los movimientos sociales que se alejan de los imaginarios hegemónicos del capitalismo y que representan otros futuros deseables para la sociedad.

El ecofeminismo, por ejemplo, se fija en la forma en que el sistema capitalista y patriarcal nos relaciona con la naturaleza, ya que ve una relación directa entre la explotación del planeta y la dominación histórica de mujeres y otros grupos marginados. Reivindica la necesidad de revisar conceptos como la economía, la producción, el desarrollo y el trabajo para que sean sostenibles ecológica y socialmente. Propone equiparar el cuidado del planeta con el cuidado de la vida y puede aportar una interesante contribución al problema de la emergencia ambiental.

Por otro lado, los expertos prevén que el activismo climático juvenil puede ser uno de los mayores movimientos globales de la historia. Por lo tanto, es importante dejar que los jóvenes sean problemáticos para que pongan de manifiesto los problemas que ven. Téngase en cuenta que, de seguir así, los jóvenes nacidos en el año 2010 sufrirán las graves consecuencias de la emergencia climática cuando sean mayores, según el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

 

13. Proporcionar recursos para una visión crítica e identificar las formas que adopta el negacionismo

Al debate hay que traer aportaciones y datos de la ciencia para situar el problema y proponer soluciones. Que no se tomen decisiones basadas en sensaciones y prejuicios, sino en datos e investigaciones.

La responsabilidad del periodismo científico es proporcionar a la sociedad recursos para desarrollar el pensamiento crítico. Además de la conciencia de desequilibrio epistémico, el decálogo de Elhuyar para el desarrollo del Pensamiento Crítico puede servir para obtener información completa, para autoevaluar su actitud e identificar falacias y actitudes negacionistas. Asimismo, hay que tener en cuenta que muchas organizaciones utilizan también el blanqueo verde para mejorar su imagen a través del fraude.

Aunque algunos tipos de negacionismo son evidentes, otros son menos fáciles de identificar: “siempre se han producido cambios en el clima”, “en la ciencia no hay consenso absoluto”, “las tecnologías verdes son la solución a la emergencia climática” (positivismo tecnológico), “no hay tarea” (pesimismo climático), “la desaparición de especies es normal”…

A veces la realidad es incómoda y los humanos tendemos a negarla. Entonces surgen movimientos negativos entre quienes no quieren aceptar la realidad. No siempre es fácil identificar a los negacionistas. Atención, por ejemplo, a aquellos que aceptan el cambio climático pero no están dispuestos a tomar las medidas necesarias. O, en lugar de generar menos CO2, con aquellos que sólo proponen tecnologías de absorción de CO2. También es una forma de negacionismo proponer soluciones tecnológicas para hacer frente a la emergencia climática. Porque con la excusa del gran potencial de la tecnología, este tipo de discursos evitan el debate real.

A menudo, los que más interés económico tienen son los que más hablan. Por lo tanto, atentos a lo que desplegamos. Cualquier opinión no es válida. Los científicos llevan décadas recogiendo datos. Basar los argumentos en evidencias científicas y en la opinión de la comunidad científica y dar la palabra a los expertos.

Sin embargo, también en el conocimiento existen grandes desequilibrios de poder: todavía estamos legitimando más determinados ámbitos de conocimiento de la ciencia que otros. De este desequilibrio de poder de conocimiento no se puede responder a esta compleja crisis. Es imprescindible la colaboración entre todos los ámbitos de conocimiento.

Es más, el conocimiento no está solo en la academia. Hay que definir un ecosistema completo de conocimientos para que no quede al margen, entre otros, el conocimiento tradicional adquirido por el hombre a lo largo de los siglos.

 

14. Comunicar en euskera para fomentar la sostenibilidad

Ed. Pernan Goñi

Otra crisis que se cruza con la emergencia ambiental es la pérdida global de la diversidad lingüística. El 50% de las lenguas del mundo están a punto de perderse, según la UNESCO. Los investigadores están cada vez más convencidos de que la emergencia lingüística y la emergencia climática son situaciones de crisis interconectadas. En la medida en que la sobreexplotación de la naturaleza y las injusticias sociales tienen muchos elementos comunes, la colonización y el abuso histórico de poder que han sufrido muchas lenguas se sitúa también en el mismo contexto.

Sin embargo, la ciencia ha demostrado que las lenguas minorizadas son una valiosa herramienta para actuar contra la emergencia ambiental. De hecho, las lenguas son el reflejo de la relación de los individuos y las culturas con la naturaleza, y de hecho, muchas comunidades lingüísticas históricamente minorizadas siguen estando muy arraigadas en la naturaleza. El cuidado de la naturaleza está interiorizado y sus lenguas guardan un conocimiento detallado de la naturaleza, que los antepasados han ido acumulando a lo largo de los siglos evolucionando con la naturaleza. Son depósitos de memoria ecológica y, por tanto, valiosas herramientas para la sostenibilidad.

El euskera también cuenta con un rico vocabulario relacionado con la naturaleza, que ayuda a conocer y comprender la naturaleza del país. Teniendo en cuenta que el ser humano mantiene una fuerte adhesión al paisaje y a la lengua materna de su entorno —hasta formar parte de su propia identidad—, el euskera es una valiosa herramienta para transmitir el conocimiento ecológico, reforzar la adhesión a la naturaleza y hacer de la comunidad vasca un agente de sostenibilidad.

 

Proyecto promovido y financiado por el Departamento de Promoción Económica, Turismo y Medio Rural de la Diputación Foral de Gipuzkoa.

Sin embargo, muchas de las lenguas minoritarias del mundo están a punto de perderse por abusos aún no resueltos y por agentes ecológicos que se cruzan. Reconociendo que la diversidad cultural y lingüística es un elemento clave para el desarrollo sostenible de los pueblos, es interesante integrar la perspectiva de la ecología lingüística. La ecología lingüística es el conocimiento que estudia la relación entre las lenguas y las variables ambientales.

Construir un modelo de desarrollo basado en la igualdad y los valores humanos requiere preservar la diversidad lingüística. Trasladando el principio de igualdad a las lenguas, la igualdad no es tratar de igual manera a las lenguas en diferentes situaciones, sino posibilitar que tengan las mismas oportunidades. Por tanto, la equidad y la sostenibilidad vienen de la protección política, social, económica y legal de las culturas y lenguas locales.

 

 

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