"¿Quiénes somos nosotros para poner precio a la naturaleza?"
2023/07/07 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria
Aitor Marcos Díaz ha realizado un recorrido sinuoso desde sus inicios en el estudio de las finanzas para investigar la economía ecológica. Reconoce que al principio no tenía claro qué camino tomar. Siempre le ha gustado la economía, la política, la antropología y todas las ciencias sociales que le rodean. Sin embargo, en la convicción de que le resultaría más fácil encontrar trabajo, estudió el grado en Finanzas y Seguros. Ahora el doctorado se está haciendo en consumo sostenible.
En el camino, uno de los pasos fue cuando se fue a Alemania con la beca Erasmus, en 4º curso de grado, donde conoció el área de la economía del Comportamiento: "Mezcla temas económicos y psicológicos y despertó mi interés. Este campo del comportamiento ya lo tengo integrado en mi investigación. Lo de la sostenibilidad vino más tarde".
En concreto, dos años más tarde, trabajando en EEUU, tras la realización del máster en Derecho de Empresa."This Changes Everything, de Naomi Klein: Leí el libro Capitalism vs the Climate (Esto lo cambia todo: capitalismo vs clima) y me interesó otra vez el comportamiento individual, pero esta vez en un contexto de crisis o emergencia ecológica. En el libro Klein dice que las economías y los ecosistemas actuales no pueden vivir de la misma manera. Era 2019, me afectó especialmente porque el activismo climático cogió las calles”.
Con todos estos elementos, decidió dar una nueva orientación a su carrera profesional e iniciar o al menos orientar profesionalmente una investigación que integrara la crisis climática y las decisiones económicas. "Para mí lo más fácil fue dejar el trabajo, volver al País Vasco y empezar un doctorado aquí. Ahora, tres años después, lo que hago es una investigación sobre las decisiones económicas en el contexto de la emergencia climática, y en concreto mi tesis examina un par de instrumentos políticos, y mi principal artículo científico es analizar y demostrar el efecto de los impuestos sobre el dióxido de carbono, porque las decisiones de la gente son imperfectas, no funciona del todo bien”.
Y es que el objetivo del impuesto de dióxido de carbono, que hace más caros los productos y servicios altamente contaminantes, es estimular a la gente a comprar más baratos, y así comprar los más sostenibles. Marcos, sin embargo, ha demostrado que la aparición del tipo de menú en el producto no sirve para ahuyentar a los compradores, al contrario, se despierta una licencia moral al comprador y tiende a comprar más.
De la economía neoclásica a la economía ecológica
Marcos dice estar satisfecho con la dirección que ha tomado, pero le gustaría profundizar más en la economía ecológica. "Hay que tener en cuenta que la economía siempre ha sido muy monolítica. Y cuando volví de EE.UU. al departamento de Economía de la universidad me decía que quería investigar sobre la crisis climática, me metieron en el ámbito de la economía ambiental. Pero la economía ambiental y la ecológica no son lo mismo".
Explica claramente las diferencias entre uno y otro: "En el primero, el medio ambiente y la economía están a la par, los costes sociales y ambientales de la actividad económica son considerados desde el punto de vista del mercado. Es decir, se hace una valorización de la naturaleza en términos de mercados. ¿Y quiénes somos nosotros para poner precio a la naturaleza? La economía ecológica antepone la naturaleza a todo y la economía es un subsistema. Su principal crítica es que el crecimiento económico infinito no es razonable en un planeta con recursos materiales finitos”.
Así, la economía ecológica cuestiona que el objetivo principal de la economía es maximizar el producto interior bruto. Lo abandona y trae el bienestar del planeta y de los seres vivos al centro. Eso es muy atractivo, más deseable, y me motiva más, y a mi manera, un montón de gente. Cuando la encontré no sabía hasta qué punto estaba estructurada, pero está mucho mejor trabajada de lo que yo pensaba. Yo he conocido que estoy haciendo la tesis, pero yo creo que habría que dar a conocer desde el primer nivel universitario los modelos de economía no sólo neoclásica, sino marxista, feminista, ecológica, etc.”.
Se da cuenta, eso sí, de que el rumbo que ha tomado está muy lejos de sus metodologías. Y es que él decide y analiza las conductas personales, es decir, trabaja con una visión micro, mientras que la economía ecológica es muy macro. "No sé hasta qué punto puedo investigar un tema macro. Pero ese es mi reto de futuro”.
También ve el riesgo de desviar la atención de los problemas sistémicos por una atención integral en las conductas individuales. "Si nos centramos en la gente, se puede deducir que está en manos de la gente resolver la crisis climática, y eso no es del todo así. Al final, el consumidor toma decisiones en un contexto determinado y no es capaz de controlar los factores estructurales”. Por ello, cree que al investigar las conductas individuales conviene hacer zoom out de vez en cuando y mirar con una visión más amplia, sin descartar los cambios sistémicos.
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