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Naturaleza sorprendente

2001/05/15 Elhuyar Zientzia

La avispa tabida Asobara no tiene opción, si tiene descendencia debe convivir con la bacteria parásita Wolbachia. El descubrimiento ha sido realizado por los investigadores de la Universidad Villeurbanne de Francia, Frank Dedeine y Claude Bernard, mientras trataban las larvas de la avispa con un antibiótico para matar a la bacteria. Sorprendidos, las larvas hembras tratadas con antibióticos vieron que al crecer no tenían capacidad para producir huevos.

La bacteria parasitaria Wolbachia contamina gran cantidad de invertebrados y participa en su reproducción. La bacteria se transmite de generación en generación a través de los huevos depositados por las hembras contaminadas y utiliza innumerables estrategias para sobrevivir. Por ejemplo, al no transmitirse a través del esperma, las hembras no contaminadas y los machos contaminados impiden tener descendencia. Al revés no, ya que garantiza que los descendientes de esta especie también estén contaminados. En ocasiones, la bacteria Wolbachia es capaz de transformar la larva que será macho en hembra.

En el caso de la avispa Asobara, el control sobre la reproducción de la especie hostelera sigue siendo aún mayor, ya que los huevos sin parásito no se desarrollan. Sin parásitos la avispa se esteriliza.

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